dimecres, 20 de febrer del 2013

una cabana a warren, connecticut




Después de Portnoy, después de abandonar Nueva York, se marchó al campo. ¿Qué me dice de la vida rural? Es evidente que la utilizó como material en La visita al maestro.
Tal vez nunca me habría interesado escribir sobre un escritor que se recluye de no haber saboreado primero un poco los treinta y cinco años de esplendor rural de E.I. Lonoff. Necesito algo sólido bajo mis pies que me estimule la imaginación. Pero aparte de permitirme experimentar cómo son las vidas de los Lonoff, vivir en el campo aún no me ha proporcionado ningún tema. Es probable que nunca lo haga y debería marcharme cuanto antes, pero resulta que me encanta vivir allí, y no puedo hacer que todas y cada una de mis elecciones se ajusten a las necesidades de mi trabajo.
Philip Roth entrevistat per Hermione Lee (1984). A:  Philip Roth. Lecturas de mí mismo. Traducció de Jordi Fibla. Debolsillo, 2010. P. 149.
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Era el último fin de semana del verano cuando viajé hasta el noroeste de Connecticut para reunirme con Philip Roth. La apartada casa de madera gris del novelista, construida en la época de la revolución, se encuentra sobre una colina, al final de un tranquilo camino rural, a varios kilómetros del pueblo más cercano.
La alta figura que sale de entre los manzanos a saludarme lleva buzo y pantalón de jogging gris. Mi primera impresión es que Philip Roth se parece tanto a un juez de la Suprema Corte de licencia como a uno de los escritores más admirados del país.
Según sus propias palabras al comienzo de El escritor fantasma, uno podía «empezar a comprender por qué esconderse a 400 metros de altura en las montañas con la única compañía de los pájaros y los árboles quizá no era tan mala idea para un escritor, judío o no... Pureza. Serenidad. Simplicidad. Aislamiento. Toda la concentración y la extravagancia y la originalidad reservadas para la vocación agotadora, enaltecida y trascendente». Como su personaje principal Zuckerman, Roth parece haber pensado: «Así es como voy a vivir».
Caminamos por la fresca hierba hasta una especie de tienda de gasa con sillas en su interior donde Roth y sus invitados pueden disfrutar de la conversación a salvo de los insectos. Entrar a esta burbuja es como ingresar en el sector de puertas afuera de la mente del escritor.
En otra época, vivía aquí todo el año pero, con la edad, los inviernos le resultan demasiado brutales. Pero, ya sea en la ciudad o en el campo, se apega al horario de trabajo que siempre ha observado, mañana, tarde y noche, 365 días al año.
Ahora está más solo que nunca. «Todos mis amigos de por aquí han muerto», dice. «¿Richard Widmark? Dick murió hace dos meses. Arthur Miller murió; vivía a media hora de aquí. Y también Bill Styron». La muerte, señaló una vez W. H. Auden, es como el retumbar de truenos lejanos en un picnic. La lista de amigos de Roth le dice que el picnic está llegando a su fin, que la muerte anda rondando, esperando. «Parece colarse en un libro tras otro», expresa. «Creo que nadie salió vivo de mis últimos cinco libros.»
«Tengo 75 años, un número extraño», dice. «Es un extraño descubrimiento, para mí, al menos. Cuando uno es joven no va a un entierro cada seis meses.»
Robert McCrum. Philip Roth: retrato del escritor indignado. Ñ. Revista de cultura. 4|4|2009.

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P.S.: No us perdeu el blog molino de damaniu / (la) cabaña
Hi trobareu la cabana de William Burrougs a Lawrence, Kansas; la de Georges Simenon a Sainte-Marguerite, Canadà; la de Zane Grey a The Rogue River, Oregon; la de Ponç Pons a Sa figuera verda, Menorca; la de Margaret Atwood, al nord-oest del Québec; la de Robert Frost a Ripton, Vermont; la de Mark Twain a Jackass Hill, Califòrnia; la de Goethe a Ilmenau; la de Leonard Cohen;  la de Bernard Shaw; la de Roald Dahl; i, fins i tot, la de la mismissima Laura Ingalls de la Pradera a Pepin, Wisconsin.



8 comentaris:

  1. Dr. Vilardekyll20/2/13 16:36

    Repassant, a fragments, llibres de Roth, he trobat, a "Zuckerman desencadenado", que després de fer una referència a Shylock - un personatge que li deu agradar molt,atès que dóna títol a una altra de les novel.les -, com un amic engega a Zuckerman un discurs sobre la correcció literària i sobre ser un alumne "aplicat" que explica bastant l'ideari literari de Roth. Entre d'altres coses, li diu : "(...) acuérdate de que ser tu, y nada más, era precisamente lo que te estaba volviendo loco hace muy pocos años (...) Sentiste tu propia aniquilación escribiendo novelas "correctas, responsables". Sentiste tu propia aniquilación viviendo detrás de esa cara tuya, "pavorosamente virtuosa"". I segueix així, descrivint a un primer Zuckerman alumne aplicat, que desitja l'aprovació dels mestres i dels condeixebles, fins que decideix canviar.

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    1. Oh, m'has fet pensar en una cosa que diu Jordi Fibla en l'article que he inclòs a la guia de lectura:

      El primer rasgo genial de Philip Roth consistió en no arredrarse al descubrir cuál era su verdadera voz, una voz como no hay otra igual, requisito indispensable para que un escritor correcto llegue a convertirse en un gigante de la literatura. Tras haber publicado Adios, Columbus, Deudas y dolores y Cuando ella era buena, se vio inmerso en un período de sequía creativa, de insatisfacción y desconcierto, en el que no sabía qué dirección tomar.
      Si Roth hubiera seguido escribiendo en la línea de esas primeras obras, influidas por los grandes maestros a los que amaba, dando prioridad a su vocación docente sobre la literaria, al margen de las controversias y polémicas magnificadas por los altavoces de la fama, no podríamos considerarle ahora uno de los gigantes literarios mencionados.

      Entonces se produjo el descubrimiento. Aquella voz de múltiples registros, sincera hasta la provocación, satírica como la de Swift, irónica, descarnada, inmisericorde con la estulticia pero también en ocasiones de un lirismo y una ternura desgarradores, le instaba a enfrentarse a los convencionalismos, a lo políticamente correcto (la bestia negra del escritor), a la impostura y la injusticia tanto en la esfera familiar como en la de las relaciones entre los sexos, el mundo académico y literario y el ámbito político. Aquella voz le impulsaba a airear, con el oreo de la escritura, algo que, hasta que él lo tomó como tema literario, estaba confinado a los oídos del psicoanalista o, en otras latitudes y épocas, el confesor.

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  2. Ep, que parava una mica desconnectat...
    Senyor, i quina mina de cabanes i emboscats diversos és el molí al que ens adreces! Això em tindrà entretingut una bona estona.

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    1. Doncs és per culpa teva, Girb, que em vas passar aquella adreça on parlaven de cabanes i mira tu on he anat a parar!

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    2. si això són cabanes, jo sóc l'oncle Tom
      el que faltava per a l'epìdèmia mitificadora, entrar a les "cabanes" dels famosos, com una Hola! qualsevol !!

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    3. No seràs un d'aquells que es fa el desmenjat i després aprofita la visita a cal barber per a repassar tots els números endarrerits del Lectures, oi?

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    4. no, i ara ! jo no llegeixo les Lecturas...endarrerides, si no les actuals (no és broma : una germana compra la revista i jo la fullejo)

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    5. Quina sort! Jo haig d'esperar que em toqui fer-me les puntes per posar-me al dia.

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